viernes, 19 de julio de 2013

El Verano Fue La Luz...

  El verano fue la luz que le dio mi color favorito al aire. Ella se zambulló en el arco iris luego de que este atravesara el cielo, y lo golpeó, lo quebró con estilo, y eventualmente se desvaneció en puntos plateados que flotaron por encima de mi cabeza, muy lejos de mi alcance. Los adolescentes tiraban petardos en los estacionamientos y los niños corrían alrededor del patio con bengalas en ambas manos, iluminando la noche con líneas irregulares. La música sonaba desde algún lugar lo suficientemente lejano para oírse como si fuera latidos sordos (sólo si te concentrabas podías sentirla, porque sonaba dentro de ti). Un cielo naranja similar al dorado y azul claro quedó suspendido tras la empañadura durante horas, mientras una brisa soplaba a lo largo de toda la costa. En el valle, la brillante galaxia del alumbrado público arrojaba sombras borrosas alrededor de la ciudad, a través de los callejones, en las esquinas, en las paredes de los edificios. Podías tocar las sombras, pero si lo hacías tus manos se oscurecían y se volvían humo. Podías caminar por las sombras que colgaban en el aire como hojas en un tendedero, y podías sentir diminutos puntos tocando tus ojos abiertos y cayendo al suelo como si fueran polvo al parpadear. Me imaginé que estaba en algún lugar del cielo, pasando mi mano por un rayo de luna como si fuera la barandilla de una escalera. La seguí a través del cielo de una estrella a otra, conectando los puntos hasta que me guiaron por la más profunda oscuridad que jamás he visto. Finalmente la luz de la mañana apareció en el horizonte como la chispa anterior al fuego en una chimenea. Llegué a casa y tú estabas ahí, esperándome, y entonces me di cuenta de que eras tú la que había encendido el fuego y me había guiado por la oscuridad.
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  Esto fue publicado por Adam Young en su blog oficial, hace dos o tres días (Julio 2013).

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