jueves, 19 de mayo de 2011

Entrevista a Adam Young (26/03/2010)

Esta entrevista es algo vieja, ya tiene más de un año, pero quería compartirla...
Fue publicada el 26 de marzo de 2010 en mondosonoro.com.


Notero: Si algo aprende uno de los americanos y de su forma de entender la vida es que (generalizando, con todo lo bueno y lo malo de eso) suelen ser más positivos, más infantiles a primera vista. En la tierra de las oportunidades, cualquier hijo del vecino parece alegrarse de que un tipo como Adam Young empezase componiendo canciones en el sótano de sus padres cuando trabajaba en un mohoso almacén de refrescos y ahora sea uno de los tipos más populares a lo largo de los cincuenta estados. Son millones los que comparten su cándido punto de vista sobre la vida, ese positivismo religioso que, sin radicalismos, añade luz a la vida y no sombras. Y claro, en España sorprende. Sorprende porque la envidia está a la orden del día. Cuando surge un fenómeno similar soltamos lagartos por la boca. Por eso, desde ahora, me gustan un poco más los americanos. Pero hablemos de Owl City, es decir, de Adam Young, un tipo que sigue sin creerse lo que le ha pasado. Tras el Ep “Of June” y el álbum “Maybe I’m Dreaming”, Young editó “Ocean Eyes”. Corría el mes de julio de 2009. Unos meses más tarde el single “Fireflies” se convertía en número uno en Estados Unidos y Canadá. Ahora llega a nuestro país (España). 

Adam Young: “Fue algo totalmente inesperado. Nunca imaginé que mi música iba a conectar con la gente de una forma tan orgánica. Por eso me pilló totalmente desprevenido cuando el álbum empezó a tener éxito. Al principio empecé a hacer canciones solamente para mí, con mi única perspectiva como oyente. Quería escribir un disco que me gustara lo suficiente para dirigirme a la tienda y comprarlo con un dinero que cuesta ganar”.

Notero: Yo lo hice, compré hace meses su disco. Y me alegro, pese a que sea un placer culpable a la altura del primer trabajo de Keane. Pero no voy a engañarles, “Ocean Eyes” me gusta y algunas de sus canciones me alegran el día. Pop electrónico y comercial sin demasiados miramientos, un tanto por ciento de emo pop, de ese que funciona en las listas y la sombra de The Postal Service vigilando desde muy cerca.

Adam Young: “Considero la comparación muy interesante, sobre todo porque nunca han sido una gran influencia para mí. Supongo que mucha gente ha pensado en eso porque ambos proyectos usan sintetizadores y cuentan con canciones optimistas y con ritmo. Más allá de eso, supongo que no puedo ver muchas más similitudes obvias”.

Notero: De todos modos, es bien sabido que Adam Young no hubiera llegado hasta donde lo ha hecho sin el meteórico éxito del single “Fireflies” ¿Su mejor canción? 

Adam Young: “¡Sigo sin creer que ‘Fireflies’ haya conseguido lo que ha conseguido! Aunque un artista nunca puede definir realmente su mejor trabajo. Eso siempre será algo que definan los demás. Nunca imaginé que ‘Fireflies’ podría llegar a impactar a tanta gente, pero sí te diré que estoy tremendamente agradecido por una respuesta tan increíble”.

Notero: Ahora bien, en directo Owl City es un conjunto de cinco personas, dos chicos y tres chicas, todos ellos con una sonrisa perenne en la boca. 

Adam Young: “Las actuaciones de Owl City tienen un aire casi orquestal, con lo que diría que son más un concierto que un show, o eso creo. Me interesa ofrecer algo más refinado y con clase que el típico concierto en un club de rock. Llevamos sección de cuerdas, percusiones, campanas… En cambio, en estudio, me gusta que se entienda la electrónica desde un punto de vista compositivo, tanto como se hace para una película o un documental sobre la naturaleza. Me gusta la idea de trabajar en capas y la viabilidad de sentarme frente a un ordenador durante días y días y trabajar en una pieza musical hasta que esté completamente acabada. Me parece algo atractivo”.

Notero: Le comento que quizás los americanos estén mucho más influidos por la religión que los europeos, que algunos de los grupos estadounidenses con los que he disfrutado no esconden para nada su filiación católica. 

Adam Young: “Mi fe es la razón por la que hago lo que hago. Es el combustible que me conduce a crear y a imaginar. Pero no creo que eso sea algo más común en un grupo de gente que en otro”.

Notero: En todo caso, uno siempre se alegra de que triunfen las buenas personas y no los envidiosos. Quién sabe, quizás Dios sí exista y nos vigile desde las alturas. 

Adam Young: “La verdad es que nada ocurrió de la noche a la mañana, pero las cosas cambiaron considerablemente para mí en un espacio de aproximadamente seis meses. Mi vida sigue cambiando drásticamente y todo sigue siendo muy extraño. Veo el pasado como si alguien me estuviera observando a través de un microscopio. Todo es muy distinto para mí en estos momentos, y debo añadir que todo para mejor. Una buena parte de mis sueños se ha hecho realidad”.

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