Cacahuates

Como un montón de cacahuates. Eso no es algo consciente, sólo entro a la tienda y de alguna manera los cacahuates terminan en mi bolsa. Y luego, cuando regreso a casa, son la primer cosa que se ha terminado, así que me voy a conseguir más y así el ciclo continúa y continúa y continúa y continúa y continúa y continúa y continúa y continúa y continúa y continúa y continúa y continúa.

Pero en realidad ese no es el punto.

Daniel y yo estuvimos en un hotel de Hollywood durante una semana con una ventana incómoda entre la pared del baño y el pasillo de afuera, así que pegamos una bata en el vidrio y fue asombroso. Lee me contó acerca de cómo manejó un Durango y casi muero. Eso fue antes de que un chico haga sonidos extraños y yo intente no reír, porque era de 4to grado.

Mis oídos están sangrando y uno de mis ojos se siente como atornillado. Cecelia Nuthatch tiene la voz más molesta de todo el universo y Rex usa una camioneta como patineta cuando lo persigue la policía. Demasiadas horas en los estudios de Los Ángeles. Demasiadas nuevas canciones y letras que no me dejan en paz ni dormir hasta que las termino. La gente REALMENTE grita y nosotros vamos en un auto extraño que huele a salsa. Demasiadas cosas. Un lugar que me da ganas de esconderme en un agujero y morir. Había un montón de gente en la peatonal, pero todos huían y esa anciana tenía unas gafas super redondas, un rostro amable y una voz como de mantequilla. Es raro cómo hay pentagramas en una película de niños y cuando aquellos cuervos se comieron a ese anciano escalofriante, pensé en lo horrible que fue cuando yo era un niño y mi mamá conducía a casa mientras mi padre estaba en el taller. Se supone que es súper frío afuera, pero no lo es y ahora sólo quiero lacar treinta acres, o tal vez 170 trabajos, o quizá una noche de sueño. Las plazas son divertidas. Mi amiga Rachel y yo tomamos un café aquí una vez. Ella es linda conmigo.

Adiós.
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Publicado hoy (16/01/2012) en el blog oficial de Owl City.